
Con los datos médicos y
estadísticos
que hoy conocemos, es irresponsable decir que la actividad homosexual no
daña a
la sociedad ni a los individuos.
El respeto a las personas y
la
actuación por el bien del otro, implica dar una adecuada difusión a
datos
conocidos pero poco difundidos.
Un análisis de la relación
entre
salud y homosexualidad nos muestra que la actividad homosexual tiene
unos
costes humanos y económicos que paga toda la sociedad. El estilo de vida
homosexual no es una forma como cualquier otra de vivir, y el Estado
debería
tener en cuenta los costes sociales de fomentarlo.
VIH y enfermedades sexuales .-
"A
pesar de toda la educación sobre SIDA, los epidemiólogos predicen que en
un
futuro cercano el 50% de los hombres que tienen relaciones sexuales con
otros
hombres serán seropositivos".
"Los
epidemiólogos estiman que un 30% de todos los homosexuales varones de
veinte
años serán seropositivos o habrán muerto de SIDA para cuando tengan 30
años.
Esto significa que la incidencia del SIDA entre los homosexuales varones
de 20 a
30 años es unas 430 veces
mayor que entre el conjunto de la población heterosexual."
"Incluso
antes de la epidemia del SIDA, un estudio con hombres que tenían
relaciones
sexuales con otros hombres encontró que el 63% había contraído una
enfermedad
de transmisión sexual a través de su actividad homosexual".
La
naturaleza del sexo anal y su mayor frecuencia en homosexuales son una
explicación fisiológica de porqué el VIH y otras infecciones se
transmiten con
tanta eficacia en estas relaciones.
La fisiología humana deja claro que el cuerpo humano no fue diseñado para acomodar esta actividad. El recto es significativamente distinto a la vagina en lo que respecta a la adecuación para la penetración del pene. La vagina tiene lubricantes y el apoyo de una red de músculos. Está compuesta por una membrana mocosa con un epitelio estratificado en varias capas que permite aguantar la fricción sin daño y resistir las acciones inmunológicas causadas por el semen y el esperma.
La fisiología humana deja claro que el cuerpo humano no fue diseñado para acomodar esta actividad. El recto es significativamente distinto a la vagina en lo que respecta a la adecuación para la penetración del pene. La vagina tiene lubricantes y el apoyo de una red de músculos. Está compuesta por una membrana mocosa con un epitelio estratificado en varias capas que permite aguantar la fricción sin daño y resistir las acciones inmunológicas causadas por el semen y el esperma.
En
cambio, el ano es un delicado mecanismo de músculos pequeños que forman
un
pasaje de "sólo salida". Repitiendo trauma, fricción y estiramiento,
el esfínter pierde su tensión y habilidad para mantener un cierre firme.
Consecuentemente, la penetración anal conduce al escape de material
fecal que
fácilmente puede llegar a ser crónico. El potencial de daño se ve
aumentado por
el hecho de que el intestino tiene sólo una única capa de células
separándolo
de tejido altamente vascular, es decir, sangre. Por lo tanto, cualquier
organismo que se introduzca por el recto tiene mucha mayor facilidad
para establecer
un punto de inicio para la infección de lo que tendría en una vagina.
Más
aún, la eyaculación tiene componentes que son inmunosupresores. En el
curso de
la fisiología reproductiva normal, esto permite al esperma evitar las
inmunodefensas de la mujer. El resultado final es que la fragilidad del
ano y
el recto, junto con el efecto inmunosupresor de la eyaculación, hacen de
la
relación ano-genital una manera muy eficaz de transmitir el VIH y otras
infecciones. La lista de enfermedades encontradas con extraordinaria
frecuencia
entre varones que practican la homosexualidad, como resultado de las
relaciones
anales, es alarmante: cáncer anal, Chlamydya trachomatis,
cryptosporidium,
giardia lamblia, herpes simples virus, el VIH, el virus del papiloma
humano,
isospora belli, microsporidia, gonorrea, hepatitis viral tipo B y C,
sífilis.
Pero
además de la razón fisiológica, otro punto relacionado es la frecuencia
del
sexo anal y el número de parejas, muy superior en las personas de
práctica
homosexual.
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